"El acabose democrático" de Francisco Tomás González Cabañas
¿En qué reside el coraje de Francisco Tomás González Cabañas, autor del ensayo “El acabose democrático”? Se trata de un cuestionamiento de la democracia vigente y quizá de la democracia como tal (por momentos), aunque en definitiva pareciera inclinarse por una democracia redefinida.
Traza en el inicio del camino, una historia contemporánea de la democracia representativa o liberal en cuanto reposición de cierta forma de entender la política y ciertas instituciones fundadas en determinados conceptos después de los trágicos experimentos que surgieron en el siglo XX, o siglo de la criminalidad. La experiencia en Argentina, y sus resultados después de casi 35 años son: la constitución de la casta política. El aumento de la marginalidad, la exclusión y la pobreza. Esta no sólo material, sino espiritual o conceptual.
El ensayo de Francisco Tomás González Cabañas se sitúa en el punto exacto en que hoy debemos colocarnos: la necesidad de forjar nuevos conceptos, instituciones y procederes que estén a la altura de lo que el siglo actual requiere de la política. Nuevas bases al decir de Alejandro Korn. En el comienzo de su obra, el autor habla de una revolución en marcha en las democracias occidentales, vista la caducidad del modelo “democrático” vigente. Por cierto, aclara- inmediatamente- que no se trata de una revolución inspirada en la francesa y sus derivadas. Tampoco de lo partidocrático, radicalismo-peronismo en Argentina, o izquierdas y derechas en Occidente. El progresismo recibe también lo suyo. Sin embargo en lo relativo a la sexualidad, en cuya problemática también interviene, el autor parece abordar posturas compartidas y caras al progresismo.
Se trata, sí, de un nuevo pacto social y político. La revolución debe darse en el campo del lenguaje y es conceptual. Lo dicho se plantea en una crítica despiadada a la democracia -pseudodemocracia- vigente, denominada por momentos "prostibularia". Pero esa crítica que abarca innumerables aspectos no apunta solamente a la clase o casta dirigente, sino también a los pueblos o a los ciudadanos, sumergidos en una servidumbre voluntaria. Aspectos a los que el autor, insiste una y otra vez en una parodia del voto cada dos años y la exclusión de diversas facetas que padecen los gobernados, reducidos a condición de siervos.
A medida que el discurso avanza, Francisco Tomás ensaya distintas categorías: “los de adentro” y los de “afuera” por ejemplo. Como es obvio, no se puede pensar la política en esos términos (según afirma el autor). Ya veremos más adelante, más allá de la crítica, más bien, profundizándola, qué medidas concretas propone.
Según Francisco Tomás, la noción de que “el Estado ha muerto” en una clara relación con el “Dios ha muerto” de Nietzsche, es una falacia, especialmente irritante y que se ha puesto de moda en los últimos tiempos en boca de los políticos que la política existe o se legitima para “resolverle los problemas a la gente”. A su vez, los políticos, no comprenden el proceso de individuación ni la incertidumbre que constituye un horizonte histórico.
Entre lo filosófico y lo jurídico propone un nuevo concepto o categoría: la legitimidad parcial, entre otras cosas que una reforma constitucional, por ejemplo, solo podrá llevarse a cabo por referéndum. Le interesa especialmente el concepto de límites, tal como lo elabora el filósofo español Eugenio Trías. En perspectiva crítica siempre a la democracia vigente, equiparada a un juego de máquina, propone otro concepto: la indefensión política que supone la mentira flagrante de la igualdad ante la ley.
Al abordar el tema de la resurrección política, a la que no renuncia, nos hace escuchar algunos ecos de la esperanza platónica: el gobierno de los sabios. A la cofradía de la clase política le sería beneficioso el ingreso de intelectuales, pero eso sí, no de la academia -como él la designa- para la cual demuestra en todo momento desprecio y encono; la define como herramienta de dominio y sometimiento.
En la alternancia de críticas y propuestas que nos ofrece este ensayo de Francisco Tomás, introduce la idea de la “africanización del ser” (atinente a América Latina), si no entendí mal la parodia con ese continente desgraciado infecta progresivamente las democracias de las naciones avanzadas. En ese contexto reclama la necesidad de una filosofía latinoamericana.
En fin, el ensayo culmina recordando aquella famosa exhortación de Aristóteles a preguntarse por las primeras y las últimas causas, en este caso, del Estado y la democracia, y señalando que síino existieran sería preciso inventarlas. Culmina así, y como queda dicho, proponiendo medidas concretas entre las que se destacan el voto compensatorio, el democraticidio y la "curatela" democrática.
González Cabañas, Francisco Tomás (2017). El acabose democrático. Madrid: Ápeiron. 202 pp.