El país inventado
La memoria es una cosa curiosa. Con ella revivimos, reconstruimos e incluso reinventamos momentos que el tiempo se ha llevado. En más de una ocasión, los recuerdos se vuelven más invento que realidad, porque conforme pasa el tiempo lo que a uno se le olvida, lo imagina a placer.
Y es así como uno se inventa historias y a veces también países. A través de estas fotografías yo inventé el mío. Un país con un desierto en el norte y hielo en el sur; que pasa las épocas navideñas con calor; que no come chile aunque el país se llame así, que tiene gente con carácter frío pero siempre demuestra su particular calidez. En fin, un país con contrastes por todos lados.
Mis memorias de este país podrán ser re-imaginadas con el pasar de los años, pero por lo pronto valga la pena sólo recordar a Isabel Allende: “Sólo el paisaje permanece verdadero e inmutable; en ese majestuoso paisaje chileno no soy forastera.”